La fascinación de la sala oscura y la pantalla gigante

viernes, 27 de abril de 2007

Closer

Somos lo que comemos. Pero somos aun más las decisiones que tomamos. Y de todas las decisiones que tomamos, las que tienen que ver con el amor y la pareja, son las que más reflejan lo que realmente llevamos por dentro, quienes somos en realidad, sin la máscaras y las racionalizaciones. Por eso quizás hay tantas películas sobre triángulos amorosos: esa situación nos forza a tomar las decisiones mas dramáticas con respecto al amor. Pero hoy quiero comentar sobre una película que no contiene un triángulo amoroso, sino un cuarteto amoroso: Closer.

No es común ver en una película el nivel de profundidad en los personajes que se disfruta en esta (si obviamos lo difícil que es concebir a Julia Roberts como una maníaco-depresiva, y lo poco que ayuda a eso su pobre actuación): cuatro personajes que el deseo lleva a pasar de extraños a amantes, pero que sus decisiones los convierte en extraños de nuevo. Afortunadamente la delicada dirección de Mike Nichols nos ahorra todo el exceso de drama que las decepciones amorosas de la mayoría de las películas nos arroja desde la gran pantalla, y nos lleva casi calmadamente, podríamos decir, en una sucesión de momentos, cruces, intimidades y exquisitos diálogos, que dibujan con sutileza el alma de estos cuatro personajes, con suficiente material como para que cualquiera de nosotros nos hallemos un poco en sus zapatos.

El personaje de Alice (Natalie Portman) se rehace mas de una vez en la historia, demostrando una entereza admirable, mostrándonos quizás cómo no es importante lo que se decida, sino asumirlo con firmeza. Si pudiera hablarse de un ganador en esta clase de situaciones, sin duda ella lo sería.

Y tú, luego de ver esta película, ¿cómo decidirías?

Artículo publicado en Ajoporro el 20 de abril del 2007

No hay comentarios: